miércoles, 3 de diciembre de 2014

 ... "A CASA" DE JOSÉ SARAMAGO (2ª parte)


La calle Los Topes, número 2, de Tías, fue el lugar escogido por José Saramago y Pilar del Río para construir su vivienda.  El vestíbulo anuncia ese espíritu sosegado que recorre la casa, testigo de su huella. 



Tratamiento de honor para la piedra volcánica, la alfombra que recibe a los visitantes y de la que tan orgulloso se sentía. La luz cenital potencia su magnífica presencia



La cocina: el lugar del café...
... y las tertulias.
La casa abierta al jardín


Los pavimentos naturales se encuentran tanto en el exterior como en el interior y proporcionan a la vivienda una sólida reciedumbre, aunque dentro de la casa las alfombras compensan la frialdad de los materiales. 
Sobre los muebles hay cantidad de objetos reunidos a lo largo de su vida: una colección de caballos, piedras, portarretratos, libros antiguos... De las paredes, blancas como el blanco de las construcciones que emergen de entre la tierra oscura de la isla, cuelga un nutrido número cuadros de pintores que admiraba.

Banco rústico y pavimento colocado en espiga

Art Déco, en la pared izquierda del salón

En el despacho, a los pies del Nobel




















Tanto muebles como objetos obedecen a una premisa que debiera ser siempre el santo y seña del propósito "armar la casa". Cada pieza tiene consideración especial y es el conjunto el que da sentido a todas y cada una: muebles de estilo tradicional popular, Art Déco, simples y modestos como su propia mesa de trabajo -una encimera de pino sobre un par de borriquetas- e incluso de factura moderna -zona de estar del salón- que conviven dando una lección de eclecticismo. El conjunto ofrece confort estético pero, sobre todo, calor de hogar.


El caballo, su animal favorito
























En el exterior, aquí y allá, palmeras, distintas plantas crasas, un olmo, un alcornoque, un granado. Hay también tres olivos que honran la paz y la sabiduría: dos portugueses y uno, andaluz; un cuarto, andaluz, al parecer "voló" literalmente un día de tormenta.


Los olivos eran el paisaje de Saramago



De otra pared cuelga esta pieza:
"La vida"
Pieza de olivo centenario. Simboliza la aparición de todo con el ser humano como centro, desarrollándose y degradándose al final de su tiempo.

En agradecimiento al gran maestro José Saramago por todo lo que nos dio.
Josep Rius y Susana Calpe
Lanzarote, Junio 2013


Mil detalles significativos jalonan el recorrido y permiten a quien lo visita conectar con ese "interior escondido" de Saramago, imagen que tomo de la dedicatoria de Raul Brandao en Claraboya: "En todas las almas, como en todas las casas, hay un interior escondido". En esta lo hay y es profundo como ese mar que se divisa y abraza la isla.

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