viernes, 24 de octubre de 2014


COLORES Y METAFÍSICA DE ANDAR POR CASA (3)

¿Tuviste esa deliciosa conversación con tu carta de colores? ¿Alguno de ellos te embrujó con su seductora caída de ojos? ¡Bien! Es el principio de una posible love story.

1. Visualiza ese color –y su posible alternativa- con el resto de elementos con los que habrá de convivir: muebles, telas, tapicerías, cuadros, posters, enseres. ¿Se extiende a ellos el romance? 

2. Puede que sí, que la cosa pinte bien, pero es posible que sean dos tonos los que te atraen. Pongamos un ejemplo: el pavimento es de losetas que imitan a mármol gris, con vetas claras y oscuras. Has escogido dos grises que conectan. Bien, tienes varias opciones: 

 a) Si la habitación es pequeña, escoge el tono más claro y pinta incluso el techo del mismo color. Caso de haber moldura –más aún si hubiera cornisa-, puede quedar destacada en blanco. Toma en cuenta el color oscuro para añadirlo en detalles, complementos u objetos.

Foto: Xabier Iriondo
Foto: Neomad Interiorismo

b) Si se trata de un espacio de medio tamaño, utiliza el color claro para tres de las paredes y el techo. Puedes pintar la cuarta pared con el tono oscuro; el efecto será elegante y añadirá prestancia. La moldura, si la hubiera, permite que se destaque en blanco.

Foto: Interior Design Magazine
Foto: Interior Design Magazine

Imagen de Lago. Buen ejemplo de "blanco integrado"



c) En caso de que la habitación sea grande y tenga un buen caudal de luz natural, puedes invertir la elección y dar más presencia al color oscuro.





3. Has decidido correr riesgos: el color que te enamora es un color vibrante (rojo, naranja, verde pistacho, amarillo canario) y se dan condiciones para que sea todo de ese color... ¡Ojo!, quizá termines aborreciéndolo por saturación. Mi recomendación es que lo administres con mesura. 

4. Como regla general: reserva los tonos intensos para las zonas sociales y los suaves para las zonas de descanso.

5. No dejes el techo en blanco, salvo que el blanco sea uno de los colores escogidos. Tradicionalmente lo hemos venido haciendo así: paredes pintadas o empapeladas con distintos acabados y el techo, blanco. Créeme: se ve raro. Mejor procurar ese efecto envolvente... e integrado. En tal caso ¡hasta el blanco en su infinita variedad de gamas vale!


Fotograma: "Una odisea del espacio"

6. Más allá de cualquier cosa que yo o cualquier “otro yo” te diga, por favor y por tu propia salud emocional, aplica el sentido común.





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