viernes, 12 de febrero de 2016

DISCULPAS

Hoy me sale pedir disculpas. 

No sé si os pasa, pero creo que no es solo mía la sensación de que el tiempo cronológico empieza a estar bastante más acortado de lo que ya venía, de que los días vuelan a velocidad de vértigo. 

Mi propia madre lo dice: "qué rápido pasa la vida ahora; cuando erais pequeños todo era más lento, pero tampoco cuando habéis sido mayores pasaba tan rápido". (Cuando pequeños, con todo el tiempo por delante, ella tenía nuestra misma percepción, quizá porque no debía ser fácil lidiar con nosotros; habrá que tenerlo en cuenta). Pero lo sigue diciendo ahora, a pesar de que se aburre más de lo que quisiera. Aunque no sé si aburrimiento es la palabra. Quizá es una mezcla de melancolía con falta de contenidos motivadores. 





Yo tengo algunos años menos que ella pero, si hay suerte, me plantaré ahí en un pispás. Desde que sé que voy a morir se me juega añadir vida a la vida. Toda la que puedo. (Y no siempre tuve claro que me iba a morir, o si lo tuve, era de modo "teórico").

Me interesa mucho este tinglado del que formamos parte: 
escribir, por ejemplo, me encanta; 
investigar algún fenómeno curioso; 
participar en concursos; 
caminar a diario; 
triscar por la montaña de vez en cuando, estar en la naturaleza;
dinamizar mi web donde quiera que haya un eco disponible;
atender —un poco— las redes sociales, 
lo que sale de trabajo, 
la intendencia, 
a Indi y Nea, mis gatitas; 
a mi madre, a 400 kilómetros de distancia; 
emails, mensajes, requerimientos; 
clases de inglés;
aprender cosas nuevas. 
Este blog. 
Leer, leer, leer. 
Arreglar asuntos pendientes; a veces, propios y otras, ajenos pero que me involucran. 
Poner silencio, re-cordar que ni siquiera soy quien creo ser, observar este personaje que me he inventado al que llamo yo (de todas mis ocupaciones, la más importante). 

Dejarme sorprender por la vida y por tantas cosas que me llenan.











Pero quiero pedir disculpas..., siquiera relativas.

Puede parecer presuntuoso pero tengo muchas y buenas relaciones con las que soy feliz (algo tendré que ver), aunque por momentos me genera cierto conflicto: no estoy con ellas todo lo que quiero. Y sin embargo (y ahora viene lo de "relativas") me niego a sentirme culpable.





Estamos físicamente poco, pero los instantes que transcurren ahí no tienen precio. Nuestras conversaciones, lo sabéis, son de todo menos banales. Nos cuidamos. Tenemos una vida online y también una vida offline que administramos con todo el amor del mundo, quizá por eso mismo: porque es escasa. Entramos a saco en lo que nos conmueve, nos preocupa o nos interesa. La vida online no suplanta a la otra, como cuentan que pasa ahí fuera.

Creo que, parafraseando a Rilke, no hay amor más supremo que el de un ser humano por otro. Y creo también que amarlo pasa por cuidarlo. Del modo que sea. Online y offline. Ahí estamos.





"El amor de un ser humano hacia otro: esto sea quizás lo más difícil que nos haya sido encomendado, lo último, la prueba suprema, la tarea final, ante la cual todas las demás tareas no son sino una preparación". 

Rainer María Rilke






6 comentarios:

  1. " Y no siempre tuve claro que me iba a morir, o si lo tuve, era de modo "teórico""... Yo tampoco tengo claro que me vaya a morir; de hecho, no creo que me muera en mucho tiempo, al menos hasta dentro de unas dos o tres vidas siguientes no me toca. Tanto por aprender todavía.
    Me encantan tus reflexiones... Siempre tan cercanas y familiares que podría haberlas "sentido" (escrito o pensado) yo.
    Saludos
    Eva

    ResponderEliminar
  2. Después de haber pasado por varias muertes, empiezo a considerar la cosa desde otra perspectiva. Ojalá supiera nacer y morir a cada instante, con la mirada siempre nueva y cada vez más despojada de prejuicios. Aunque entiendo a qué te refieres, Eva Etcétera. Y sí, mucho por aprender, ciertamente. O quizá por des-aprender.
    Gracias, una vez más, por tus halagos. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Tiempo fugaz, eterno cuando lo habita el amor, en su sentido más amplio. Hermoso post, Mariam, que me ha emocionado mucho.

    ResponderEliminar
  4. Cierto: cuando el amor nos habita, cumple su sentido y vuelve eterno el tiempo, aunque nuestra percepción nos engañe. ¡Muchas gracias, Pam!

    ResponderEliminar
  5. Pero qué bonito.
    Gracias por compartir todo conmigo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre inesperado y siempre bienvenido. Solo yo sé cuánto te debo.

      Eliminar